La fase más espectacular de la obra del nuevo Puente de Golbardo, la colocación de su estructura, comenzó ayer bajo la supervisión del consejero de Obras Públicas y Vivienda del Gobierno de Cantabria, José María Mazón, que presenció durante su visita los trabajos de la obra que ejecuta Ascán con una inversión de 4 millones de euros que podría estar concluida a finales del mes de agosto.
Mazón destacó que esta actuación es una de las más importantes de la legislatura porque soluciona el problema de circulación que generaba el antiguo puente, anejo al nuevo, que no podía soportar el tráfico de vehículos pesados por su estrechez.
La colocación de la primera pieza de la estructura metálica, que supera las 150 toneladas de peso, ha necesitado una "gran precisión" en el desarrollo de la maniobra, según el consejero, que ha mostrado su satisfacción ante el ritmo de los trabajos porque invita a ser "optimistas" en los plazos de finalización. En la visita, el consejero estuvo acompañado por el alcalde de Reocín, Pablo Diestro; por el director general de Obras Públicas, José Luis Gochicoa y por técnicos y directivos de la Consejería y de Ascán.
La actuación ha intentado respetar al máximo las características del antiguo puente de Golbardo aunque ha usado para la nueva infraestructura materiales acordes a la actualidad, con un diseño mixto que incluye la utilización de hormigón y metal como elementos principales de la obra para construir un puente inspirado en el del siglo XXI.
El nuevo puente tiene una longitud de 210 metros, está formado por un arco inferior con vigas Vierendell metálicas que descansan sobre pilares apoyados en el cauce del río Saja, mientras que la luz principal, de 60 metros y situada sobre el cauce del río, se salva con un arco de 60 cm de espesor creado con dos vigas de acero, que ha sido rebajado para proporcionar una imagen más moderna. Además, la nueva plataforma cuenta con una anchura de 12 metros y dispondrá de dos carriles de 3,5 metros cada uno y aceras de 1,65 metros para que los peatones puedan disponer de una zona protegida que les permita pasear con normalidad por el entorno.